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La labor del farmacéutico es vital en la prevención del dopaje en el deporte, especialmente en el contexto de los más de 1.500 medicamentos disponibles en farmacias comunitarias que pueden dar positivo en controles de dopaje. Los farmacéuticos, en colaboración con los médicos, juegan un papel crucial en la dispensación de medicamentos adecuados para los deportistas, teniendo en cuenta su participación en competiciones y las restricciones específicas que puedan aplicar en sus disciplinas deportivas.

Una herramienta fundamental para los farmacéuticos en esta labor es la Base de Datos de Medicamentos del Consejo General, Bot Plus. Esta base de datos permite realizar búsquedas tanto por principio activo como por nombre del fármaco, proporcionando una respuesta inmediata con un pictograma que alerta si el principio activo es una sustancia prohibida y especifica su aptitud tanto dentro como fuera de la competición. Esta información es crucial para evitar la administración inadvertida de sustancias prohibidas a deportistas.

Un caso notable es el del tramadol, un analgésico opioide que, aunque no está considerado como una sustancia dopante por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), está prohibido por la Unión Ciclista Internacional (UCI).

Miguel del Valle Soto, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED/FEMEDE) y catedrático de la Facultad de Medicina en la Universidad de Oviedo, destaca que el tramadol ha sido ampliamente utilizado en el ciclismo para reducir la sensación de dolor. Sin embargo, sus efectos secundarios, que incluyen la somnolencia y la reducción de la capacidad de concentración, podrían ser la causa de caídas en el pelotón, justificando su prohibición en el ciclismo.

Además del tramadol, otros fármacos están prohibidos en ciertos deportes debido a sus efectos sobre el rendimiento deportivo. Un ejemplo son los betabloqueantes, que están prohibidos en deportes como el tiro con arco y el tiro olímpico debido a su capacidad para reducir los temblores, proporcionando una ventaja injusta en estos deportes de precisión. Fernández Moriano explica que los betabloqueantes bloquean los receptores beta de la adrenalina, reduciendo la frecuencia cardiaca, el gasto cardiaco y el consumo de oxígeno por parte de las células musculares. En deportes donde la precisión es crucial, como el tiro con arco, estos efectos pueden desvirtuar la competencia.

Dentro de los cannabinoides, el cannabidiol es una excepción a las sustancias prohibidas en competición. Del Valle Soto explica que el cannabidiol dejó de estar incluido en la lista de sustancias prohibidas por dopaje y, aunque sigue siendo popular entre algunos deportistas, las investigaciones indican que, cuando se utiliza a dosis recomendadas, no tiene efectos nocivos para la salud y puede tener potenciales beneficios como analgésico y antiinflamatorio. No obstante, no existe evidencia científica de que el cannabidiol mejore el rendimiento en deportistas de competición, por lo que ha sido excluido de la lista de la WADA (World Anti Doping Agency)

Además de medicamentos concretos, también hay técnicas prohibidas, como las transfusiones de sangre o el uso de eritropoyetinas (EPO). Estas técnicas están prohibidas porque pueden mejorar artificialmente el rendimiento deportivo, lo que va en contra de la ética deportiva y puede poner en riesgo la salud de los deportistas.

La colaboración entre farmacéuticos y médicos es crucial en la lucha contra el dopaje. Fernández Moriano y Del Valle Soto recalcan la importancia de la labor asistencial del farmacéutico, que debe extremar las precauciones al dispensar medicamentos a deportistas profesionales, recordándoles que consulten con sus médicos y verifiquen las restricciones adicionales en su deporte.

La concienciación sobre el dopaje ha aumentado significativamente en los últimos años, en parte gracias a la labor de la Comisión para la Lucha Antidopaje en el Deporte (CELAD) y la implementación de la Ley Orgánica 11/2021, de 28 de diciembre, de lucha contra el dopaje en el deporte. Del Valle Soto destaca que la mayoría de los fármacos incluidos en la lista de sustancias prohibidas son perjudiciales para la salud del deportista, y que la farmacia es uno de los puntos clave en la adquisición de estos medicamentos.

La industria farmacéutica también está cada vez más comprometida en la lucha contra el dopaje. Desde 2020, se pueden realizar pruebas para clasificar los medicamentos prohibidos para deportistas en la fase de investigación y desarrollo, antes de que salgan al mercado. Esta colaboración es el resultado de un acuerdo entre la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (LFPMA) y la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), que firmaron una declaración conjunta sobre cooperación en la lucha contra el dopaje en el deporte en julio de 2010.

Fernández Moriano destaca que la industria verifica los principios activos importados de terceros países, como India y China, para asegurar que no contengan impurezas ni trazas de otras sustancias que puedan dar positivo en un control de dopaje. Esta medida es esencial para garantizar la pureza de los medicamentos y prevenir falsos positivos en los controles antidopaje.

En resumen, la colaboración entre farmacéuticos, médicos, la industria farmacéutica y las agencias antidopaje es esencial para garantizar que los deportistas reciban un tratamiento seguro y ético, preservando la integridad del deporte y protegiendo la salud de los atletas. La actualización constante de las listas de sustancias prohibidas y la implementación de medidas preventivas en la fase de desarrollo de los medicamentos son pasos cruciales en la lucha contra el dopaje en el deporte.

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